domingo, 3 de octubre de 2010

La crítica situación económica del Ayuntamiento de Palma obliga a funcionarios a renunciar a entregar facturas y a pagarse material de trabajo

La situación económica del Ayuntamiento de Palma, en lo que se refiere a la financiación de determinados departamentos, puede calificarse de crítica o surrealista. Las partidas para gastos corrientes están agotadas y los funcionarios han de provisionarse de material de trabajo pagángolo de su propio bolsillo. Aunque sólo fuese un caso, un hecho de esta índole evidencia la angustiosa penuria financiera en la que se encuentra la institución que preside la socialista Aina Calvo. Y no es un problema que afecte a los niveles más bajos de la escala administrativa, sino que se ha dado entre aquellos funcionarios que disponen -o venían haciéndolo- de la potestad de adquirir consumibles de oficina u otro material necesario para el ejercicio de sus funciones y que entregaban a posteriori la factura para que le fuera abonada. Pues esto se ha acabado. Y empleados municipales se han encontrado con la negativa de los interventores a abonar las facturas por la inexistencia de fondos con los que hacerlas frente.
Pero mientras unos se han de financiar la adquisición de artículos que les permitan realizar mejor su trabajo o desempeñar sus funciones, otros -las entidades que reciben subvenciones por el fomento del catalán- no paran de ser regados con fondos públicos.

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