viernes, 5 de noviembre de 2010

El Ibsalut conduce el concurso abierto de ideas para la Gerencia del 061 a un 'negociado sin publicidad' con el equipo catalán ganador

El pasado 26 de octubre el Servei de Salut del Govern de les Illes Balears adjudicó el contrato por el sistema de 'procedimiento negociado sin publicidad' para la construcción de la Gerencia del 061. Los encargados de la redacción del proyecto e instrumentos de los planes de obras son un equipo de arquitectos de Catalunya formado por Vicenç Benéitez Rodríguez, Patricio Martinez y Maximiliano Torruella.
Sin embargo, este procedimiento negociado sin publicidad se inició el 6 de mayo cuando el Ibsalut licitó el concurso de ideas -con intervención de jurado- para la construcción de la Gerencia del 061 por el sistema ordinario y abierto. Dieciseis días después se mantiene esta condición pero se modifica el presupuesto para la realización del proyecto y la dirección de obra -por rectificación del IVA- y alcanza los 207.233€, cantidad que se antoja desmesurada y desproporcionada para el proyecto de un inmueble de dos plantas.
A pesar de que el Servei de Salut licitó por esa considerable cantidad, en su acuerdo del 26 de octubre adjudicó por 86.004€, una cantidad más acorde con los honorarios que rigen este tipo de actuaciones. La pregunta que se suscita es ¿por qué el Servei de Salut presupuestó por 207.233€ un servicio que al final adjudica por 86.000 tras negociarlo sin publicidad?
La explicación más pausible es que al iniciarse el proceso con un concurso de ideas abierto -premiado con 5.000€- la posterior tramitación se realizara negociando con el ganador los honorarios de la redacción del proyecto y los instrumentos de planeamiento para su construcción.
A este equipo se le concedió el pasado año el primer premio -7.000€- del concurso de ideas del Centre de Salut de Son Servera y en Catalunya suele trabajar con frencuencia con el Instituto Catalán de Salud. Maximiliano Torruella forma parte del equipo que ha diseñado el futuro hospital Ernest Lluch en Ripollet.
Mientras tanto, un gran porcentaje de arquitectos mallorquines tienen los lápices in afilar por falta de proyectos que realizar. La parálisis del sector de la construcción conduce a una situación, en muchos casos, insostenible a los despachos de arquitectura. Y lo poco que hay el Govern socialista de Antich lo adjudica a arquitectos catalanes.

No hay comentarios: